Yo dije "hasta aquí", y tu, que al principio te negaste a aceptarlo, acabaste por no aceptarme.
Sabes? me parece injusto no poder mirarte y sonreírte porque hayas condenado a mi persona.
Que se acabó y lo aceptaste con la condición de dejarme morir en la ignorancia más forzosamente provocada que se recuerda, y yo que solo acabé con nosotros y no contigo sueño con el día en que te pueda volver a decir lo guapa que luces, lo loca que sigues estando o lo mucho que me alegro de verte bien.
Los abrazos que son tuyos, las sonrisas, las preocupaciones, no las tendrá nadie pues son tuyas y las estaré guardando con llave hasta que decidas que las quieres. pues yo que sufro de inexistencia, no dejé en ningún momento de quererte.