Confesiones telepáticas

Ya no encuentro fuerzas para saber ni tan siquiera qué quiero yo, ¿cómo meterte en este enredado corazón con palabras que no se si te pertenecen o soy yo el déspota que quiere hacértelas encajar?

Muchas veces, han sido ya muchas veces en que he estado al borde de la llamada, del mensaje, del plantarme en tu puerta por sorpresa, para decirte que necesito tus besos, que necesito tus abrazos, tus risas, tus chistes, tus gritos, tu voz susurrándome al oído qué estás igual que yo. 

Y sin embargo nunca he dado el paso porque no creo que haya respuesta que alivie mi estado emocional, "ni contigo ni sin ti", ese debe de ser el título para esta situación... Porque no podría estar contigo, y sin embargo daría la vuelta a todo por ti. 

Te quiero, eso es seguro (o no)

Vis a vis

Qué bonito mirar
la sombra que hacen las rejas
mientras meto las orejas 
en el centro de tu andar.
Si el mundo está del revés
habrá que buscar cordura,
y una pizca de locura
para saber quererte más.


Ayer te escribí una carta,
hoy te escribo esta canción.
Mañana tenemos cita
donde le roban tiempo al amor,
Volaremos sin movernos
y donde haya que firmar
me haré una pequeña herida
con sangre que abarca el mar.


Para dejar por escrito que no voy a abandonar,
Y ponerle sangre al grito, de los que aman sin poder amar.



Para dejar por escrito que no voy a abandonar,
Y ponerle sangre al grito, de los que aman sin poder amar.


Esta voz no hay quien la calle,
ni la pared ni el cristal.
Fuera se te echa de menos,
anda llorando la libertad.
Y después nos dejaremos
si nos queremos dejar
a ellos nunca les dejamos,
sus cadenas son de sal


De una sal que se deshace con mas lagrimas de sal
de tu quejido y el mio, en vis a vis quincenal
en vis a vis quincenal, en vis a vis quincenal...



Para dejar por escrito que no voy a abandonar,
Y ponerle sangre al grito, de los que aman sin poder amar.


Leiva


A veces... más veces que menos

¿Cómo explicar que entre tu sonrisa anda el juego?
Que a veces deseo los futuros que imaginamos.
que odio ser lo que soy a veces
porque a veces quisiera ser algo mas,
y otras me alivio de no llegar hasta ese punto.


A veces... más que menos, 
se alegra mi alma al verte llegar
y me siento en casa cuando nos convertimos en cómplices.
en los mejores cómplices del mundo.
Que le tomarían el pelo a toda una ciudad
o se retarían el uno al otro hasta la muerte
sin dar ninguno su brazo a torcer.


Quizás sea eso, que no queremos jugárnosla
porque ambos odiamos perder...
pero te diré una cosa:
Si tuviera que elegir perder...
perdería contra ti.
Perdería contra ti siempre

El mayor error

Quizás fue todo un gran error,  pero si lo fue, fue el mejor de todos mis errores... mi chica imposible, tan tímida de si misma, nunca escribimos la palabra miedo en los auto-definidos, y saltábamos hacia adelante con arreos de locura. Tenía la llave de mis superaciones, capaz de acabar una discusión con una de sus miradas, en su pelo habitaban los mejores silencios que recuerdo, y en sus labios la libertad de la infancia, podía controlar el palpitar de tu corazón con la maestría de quien inventó el tiempo, y descalza de puntillas por el suelo pareciera bailar mis anhelos... inventora de tantas cosas, al menos para mi... hoy brindo por nuestro mejor error

Cálculo de probabilidades

Es difícil decir cual fue el camino hasta dar contigo, pero mas difícil es calcular la suma de los acontecimientos que llevaron a encontrarte. Fueron la perfecta coordinación de tus circunstancias y las mías las que fueron a encontrarse en la misma esquina de un camino que venía de muy distintos lugares y del que no sabemos a donde nos llevara, ni si sera el mismo lugar para ambos. Es tan sencillo conocer a alguien, pero tan difícil conocerte a ti en concreto, que me siento ganador de la lotería cuando miro hacia ti y sonríes. Y tiemblo cuando no te veo, porque si pocas fueron las posibilidades para encontrarnos, menos posibilidad hay aun de que te olvide.

Déjame soñar con una siesta infinita,
con tu pecho de almohada
y al son de tu respirar.

Y dime de viajar a lugares inventados
con callejones hechizados 
y mil batallas por librar.

Y cuéntame que esas historias
tendrán los finales 
que un día dijimos tener tu y yo.

Hoy quise decirte...

Allí estaba ella, y debía de haber estado desde el Lunes, sentada en aquella esquina, escuchando atenta charla tras charla en el aula magna de la facultad, tal y como estaba haciendo yo, hasta que la vi, y no me preguntéis que vi porque ni tan siquiera se podía ver bien el perfil y aunque se hubiera visto, era una chica mas, no era especialmente guapa. Pero ¿qué sistema de selección debe de usar mi cerebro para encandilarse de esa forma de una desconocida?

Yo solo podía pensar en una manera de iniciar una charla, y solo ve llegaban imagines de películas, cosas muy ñoñas. No podía esperar el momento en que acabara la charla y saliésemos de la enorme sala escalonada. Ella estaba lejos, al otro lado, pero pensaba en que quizás si me acercase a ella me vendría la inspiración (o la oportunidad) de poder iniciar una conversación.

Me decía a mi mismo ¡No la mires! y conseguía poner la cabeza al frente un par de segundos, pero nada, al instante vuelta al ejercicio de provocarme la mas estúpida tortícolis. 

De repente acabó la charla y ella salio como volando, pareciera que dos diablillos la quisieran alejar de mi, fue la primera en marcharse y yo no pude mas que llegar a tiempo a una barandilla para verla pasar por debajo mía.

La deje escapar con la confianza de saber que mañana volveré a verla. Cuando salíamos de la facultad y llegamos a la calle allí estaba ella. Esperando al autobús con su increíble pelo largo, sus gafas de pasta, su vestido azul y ese algo mas que parecía estar diciéndome que la quería a ella y a nadie mas. 

Pero nada, fui incapaz ni tan siquiera de pasar cerca suya. Yo soy una persona capaz de hablar con cualquiera, y ademas por los codos, pero con ella no pude. Me aleje de allí sabiéndome un cobarde y sin tener tan claro si quería volver a ver a esa chica mañana, pues me robará otra tarde de observarla y eso, ahora, no se si es un lujo o un castigo.

Yo Moriría por ti

Hay cosas que nunca te diré, que nunca te llegaré a decir pero que las voy a dejar por aquí, en un sitio remoto lejos de que las encuentres... Aunque supongo que el hecho de guardarlo en el fin del mundo, ya implica jugar con la posibilidad de que algún día (remoto también) lo encuentres y leas esto.

El día que te dije adiós, de aquella manera tan fría, no salían lagrimas de mis ojos no por tener un corazón helado, sino porque estaba completamente carbonizado. Te di la imagen de mi que necesitabas ver en ese momento solo para saber que acabarías bien, aun sabiendo con la moneda con la que se me pagaría. Ya conoces de mi devoción por los actos suicidas en cuestión de amores. 

Cuando dije que moriría por ti, no lo decía en un sentido literal pero sí completamente en serio. Y aquella noche a la vuelta de la playa maté a la persona enamorada que era, y de la que guarde algunas cosas y añoro otras. La maté porque te quería tanto que no podía soportar ver como aquel hombre ya no te hacia feliz. A sabiendas de que ningún hombre que yo pudiese ser conseguiría cambiar el hecho de que estabas ausente, a varios metros, en otro lugar...

Andado el tiempo me di cuenta de que el hombre que era estaba enamorado de la mujer que fuiste, pues tu a aquella chica maravillosa ya la habías dejado atrás hacía tiempo sin que lo hubiese advertido. Y para cuando me quise dar cuenta yo ya estaba con otra mujer.

Así que recuerdo aquel tiempo maravilloso como una vida que ya paso, un eterno romance sobre dos almas, hechas la una para la otra, un hombre y una mujer que un día coincidieron en nuestros cuerpos y que, estoy convencido, se siguen buscando sin descanso, pues a aquella pareja, la quitaron de quererse, pero nunca de olvidarse.

Si tan solo me dijeras...

Si me dijeras que todo este embrollo tiene una explicación sencilla... Que debe de haber ocurrido algo ajeno a ti, no se, quizás una llamarada solar que se ha llevado consigo todos los mensajes que no he recibido...


Si me dijeras eso me lo creería, soy muy crédulo si se trata de estar contigo, así yo podría contarte que no pasa un día en el que no hagas una de tus apariciones por mi cabeza, o que me recorre un escalofrío cuando mientan tu nombre y no se decirte un por qué de eso, pero me encantaría pasar el suficiente tiempo a tu lado como para descubrirlo.


Así podría decirte que solo una sonrisa tuya ilusiona mas que abrir un regalo y lo mucho que odio a esa llamarada solar por haber vaciado mi móvil de emoticonos tontos de caritas sonrientes y mensajes de buenas noches.


Pero supongo que ni siquiera recibiré esa maldita respuesta que no me deja avanzar en el tiempo, quizás esa explicación haya llegado al mismo lugar que el resto de tus mensajes... Y tristemente, sin recibir nada tuyo, ya he recibido la peor de las explicaciones posibles, en fin...

Háblame de mujeres

 ¿Y que pretendes saber? Hablas de mujeres como si se pudieran entender como un todo, y no hacemos mas que darnos de bruces. 

Lo único que necesitas saber es que algunas de ellas te marcaran la vida como nadie mas lo hará, que te harán sentir vivo y querer morir a veces, que te harán sentir libre y también esclavo (y aunque ahora no lo entiendas, preferirás esa esclavitud a tu libertad), que te harán feliz, pero cuidado con los daños colaterales, porque el amor es una sensación tan fuerte, que cuando se deshace, parte de ese amor te acompañará el resto de tu vida... y saber que lo tienes ahí, clavado, en lo mas profundo de ti, simplemente para recordarte aquello que tuviste y ya no tienes, te puede herir mucho.
De mujeres te digo, que merece la pena los riesgos que entrañan ya quedes ileso, herido, grave o muerto, porque si tienes que morir, no hay mejor motivo que morir por ellas.
Y olvida esa "s" del plural que te digo, porque no serán ellas, será ELLA. No son un todo, son una, tan igual y distinta...