Aquel caballero ya no tenía fuerzas para seguir a la búsqueda y rescate de su doncella, lo peor de buscarla, y probablemente el motivo de su flaqueza, era la cantidad de veces que fallaba e iba a rescatarla a un castillo que guardaba a la princesa equivocada. Y se sentía mal, al pobre le dolía no poder besarla y tener que desaparecer, claro, habiendo matado al dragón, lo menos que la princesa esperaba era un beso por su parte.
Pero aquel caballero no podía dar ese beso, el pobre muchacho de corazón remendado sabía bien cuales eran de ser sus batallas, y con la experiencia que da el dolor por amor sufrido, lo ultimo que el quería era enseñar a otros a padecerlo. Pues como bien sabrán, quien ha sufrido de amor, se cuida bien de que otro lo sufra.
Aquel caballero no se perdonaba el recuerdo de que el también una vez fue el ogro que tanto daño hizo al corazón de una princesa, que aun no siendo su princesa, el quiso querer, y bueno...
A aquella princesa, decidle una vez mas que lo siente. Siente no haber sabido amarla, le hubiese encantado.
Y a los dragones de los castillos cercanos, decidles que estén tranquilos, que ese caballero de trapo,va cada vez con menos ganas a por el tesoro que guardan.
